RUTA TRES

   


 

¡¡ Tomando unos vinos en el bar!!

    
Tio Felipe, 2º por la derecha y Mesio, con garrota ya nos dejaron. Descansen en Paz


   

       Esta ruta la iniciamos, haciendo el tramo mas dificultoso al principio; la puede hacer cualquier persona, en medianas condiciones físicas. En una apreciación personal , no se superan desniveles superiores al 6-7%. La mayor dificultad es el estado del camino, ya que está lleno de cantos rodados. Se pasa de 1300m de altura a 1400-1450.
           Dicho esto, en marcha; con nuestra cámara y / o prismáticos, dispuestos a pasar un par de horas disfrutando de estupendas vistas y si es en primavera- verano vamos a ver águilas cazando, y otras muchas especies de pájaros, a los que sin duda podremos fotografiar.

    Arrancamos de la Plaza del Barrio de Arriba, por la Calle de la Pasá (así se llama en Avellaneda). Esta calle tiene un empedrado similar al de las calzadas Romanas. Por ella subimos hasta alcanzar la regadera de Concejo  llamada del  Sol, unos doscientos metros mas arriba. ( En otro apartado se contará qué son y por qué se llaman regaderas de Concejo). Ahí giramos a la izquierda y a unos30-40 metros, en el recodo del primer cercado a la derecha del camino tenemos las ruinas de la vieja Tejera. Aquí se cocieron la casi totalidad de tejas árabes que cubren aún los viejos tejados de  Avellaneda, después de haber soportado mas de un siglo a la intemperie extrema, de hasta -16º y + 40º, cosa que las de hoy en día no aguantan. Deberíamos hacer algo por rehabilitar la Tejera. Aunque sólo sean sus paredes.
         Siguiendo las veredas de paso del ganado, ya que el camino está intransitable en muchos de sus tramos, nos dirigimos hacia los canchos de Las Peñas Gordas, que vemos en la loma del  fondo, hacia el Noroeste. Llegados a la falda de la loma, giramos a la derecha, camino arriba hacia el norte. Nos quedan unos mil metros de subida. Una vez en lo alto, podemos seguir por el mismo camino y acercarnos hasta los prados del Reguero- a la izquierda y los de La Casa a la derecha. Hasta ahí llega el término de Avellaneda, y en alguna piedra maciza- o sea fija a la tierra, no rodada- estará grabada una cruz que es la forma habitual con al que se marcaban los  límites entre poblaciones vecinas; en este caso con Navamuñana- Santiago. En esas matas del Reguero verás pájaros de todas clases.

 

        Ir a: RUTA CUATRO